La necesidad de promover la eficacia energética se volvió poco a poco más visible, y en España se ha desarrollado un Plan de ahorro y eficacia energética que busca conseguir un equilibrio entre el avance económico y la protección del medio ambiente. El propósito del plan es reducir la intensidad energética y la polución producida, al unísono que se fomenta un desarrollo económico sostenible.
El Plan propuesto por el Gobierno de España se apoya en una sucesión de pilares escenciales que dejan fomentar la eficacia energética. Uno es el análisis de los campos que mucho más consumen energía, y la identificación de las necesidades concretas de cada uno de ellos. En este sentido, se han reconocido once subsectores industriales, el transporte, la edificación, el equipamiento residencial, la ofimática, los servicios públicos, la transformación de la energía y la agricultura, a los cuales se han propuesto medidas específicas.
La meta principal del Plan es conseguir el avance económico pensado para los próximos diez años, con un desarrollo del consumo correspondiente a ocho ejercicios. Para lograrlo, se propuso una reducción de la intensidad energética del 72%,, lo que permitiría que el consumo descienda del 35% al 28% de desarrollo de forma anual hasta 2012, para un incremento del PIB del 3% de media a lo largo de dicho periodo.
El coste global asociado a la ejecución de todas y cada una de las medidas proposiciones ascendería a unos 25993 millones de euros para el conjunto del período. El Plan ofrece la adopción de un total de 186 medidas, de las cuales 107 están dirigidas a la industria, 20 al transporte, 27 a la transformación de la energía, 12 a edificación y las 20 restantes a otros sectores.
Para alcanzar los objetivos del Plan, se han propuesto diferentes medidas que van desde la realización de auditorías energéticas hasta la app de los denominados Pactos Voluntarios. Las medidas prioritarias, que van a deber hacerse sin precisar apoyos públicos, pueden sospechar un 45% del ahorro energético, al tiempo que las complementarias, con acompañamiento público, tienen la posibilidad de representar hasta el 65% del ahorro.
A pesar de que se han reconocido diferentes sectores para la app de medidas de eficiencia energética, la industria es la que presenta un menor peso dentro de la estrategia desarrollada por la Administración. Esto se origina por que la industria ya ha introducido novedades en eficacia energética y ha controlado el desarrollo del consumo de energía. Sin embargo, aún es posible ingresar mejoras, singularmente en ramas industriales donde los inputs energéticos tienen un peso importante en la estructura de costos.
La AEGE, asociación que asocia a los 40 grupos industriales más importantes de España, critica que se haya englobado en un mismo epígrafe a toda la industria, desde la básica a la pyme pasando por la transformadora, lo que hace difícil emitir juicios válidos para todas las partes. Para la AEGE, los potenciales de ahorro de ámbitos como el químico y el siderúrgico no tienen relación con la mala administración ni la falta de capacitación profesional, sino con la competitividad en todo el mundo. Según la AEGE, es fundamental que las condiciones de compra energética en los mercados mundiales se planteen a precios competitivos y sin límites, o cuando menos con las mismas limitaciones a las que se enfrentan los contendientes de europa.
En cuanto al campo del transporte, es el que tiene mayores objetivos de ahorro, ya que ejerce la mayor presión al alza sobre el consumo de energía. Las medidas Transformación de energía propuestas van desde la mejora en la gestión de flotas, el establecimiento de centros logísticos de transporte, la reducción de límites de velocidad en áreas urbanas, hasta la realización de mantenimientos correctos de los automóviles y la implantación de tacógrafos digitales y de limitadores de agilidad.
El Plan de ahorro y efectividad energética en España busca promover un desarrollo económico sostenible y responsable con el medioambiente. A pesar de las diferencias entre las organizaciones industriales y las autoridades gubernativos, los dos coinciden en la necesidad de fomentar la eficacia energética para lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección ambiental. La adopción de medidas eficientes en la industria, el transporte, la edificación y otros sectores permitirá reducir la intensidad energética y el encontronazo ambiental, sin sacrificar el crecimiento económico. La eficacia energética es una meta imperante hoy en dia y España está preparada para dirigir el sendero hacia un futuro más sostenible.